sábado, 8 de octubre de 2011

El corazón perdido

Sólo en el límite aparece lo que no tiene fin, ni frontera. Sólo en el límite puedo sospechar que hay algo así como un corazón al que le tengo que dar mis huesos, mi piel y mis entrañas, porque él, sí sabe lo que hace, aunque yo no lo sepa.

lunes, 4 de julio de 2011

Ser duro



Llevo escuchando hace tiempo una expresión que, sin pensar, aceptaba directamente como verdad. “Has de ser duro”, se dice continuamente por ahí. Lo que muestra, en primer lugar, que si debemos serlo, es porque no lo somos. Y claro, puesto que no lo somos, el paso siguiente es aceptar directamente la expresión como verdad. Ahora bien, ¿qué es ser duro? Parece, como siempre, que la pregunta por la esencia complica un poco las cosas. La pregunta que cuestiona la esencia de las cosas que [nos] pasan que Sócrates puso en boga, no a costa, dicho sea de paso, de todo aquel que apareciera cerca del ateniense. De hecho, podemos leer en los diálogos de Platón como, incluso los amigos de Sócrates, al cruzarse con él por la calle, fingían no haberle visto. Por supuesto, huían o trataban de huir de la esencia, de la pregunta por la esencia. Pero Sócrates, esa comadrona de pensamientos, como así se autodenominaba, siempre acababa por atraer al amigo o al enemigo, para eso era inigualable. Ahora bien, una vez que te cruzabas con él estabas perdido. Sabías que alguna de tus verdades iban a rodar por los suelos. Así, no es de extrañar que cuando lo vieran, miraran para otro lado, aunque de reojo, o hicieran como que no estaba ahí. Y es que, la lengua de Sócrates era mortal, y todo mortal, en principio, siempre tiene miedo de su esencia. ¿Y cuál es la esencia del ser humano sino la de saber que va a morir? Eso parece que les hacía recordar constantemente Sócrates a los que se cruzaban con él, esto es, que eran mortales. ¿Un coñazo? Bueno, en principio, puede parecer que sí.

Pero, ¿qué tiene todo esto que ver con la expresión de “hay que ser duros”?
Cuando escuchamos la expresión “hay que ser duro” o alguien, con su buena voluntad, nos la dice a modo de consejo o precaución, parece que quiera decirnos que no seamos tontos, que vayamos a lo práctico (normalmente, cuando se usa esa expresión, la mayoría de las veces se usa en referencia al Dinero), que no nos metamos en líos, que pasemos, que le den por saco a esto, a lo otro o a aquel o a aquella. Pero esto no puede ser duro, esto es más bien, diría Nietzsche, la debilidad que trata de hacerse fuerte en su pura debilidad, vamos, rencor unas veces, miedo otras.
En cambio, más bien, parece que lo duro es justamente lo contrario, es decir, enfrentarse a la pregunta, a la pregunta por la esencia, por lo esencial de la cosa o las cosas que [nos] pasan, esto es, a la fragilidad de nuestra existencia. Y a esta pregunta, parece que nos acercamos como los amigos y enemigos de Sócrates al ateniense: de reojo, como si no la hubiéramos visto, con miedo a que nuestras verdades pudieran caerse y que así pudiéramos dejar de ser fuertes y duros, esto es, dejar de ser el/la que somos. Lo que nos hace pensar, por otro lado, que, para hacernos los duros y fuertes, tenemos demasiado miedo. ¿Y qué es el miedo existencial sino esencialmente miedo a morir ? O dicho de otra manera, ¿qué es el miedo existencial sino el pensar que uno/a va a dejar de ser uno/a mismo/a? Esta es la amenaza que veían en la lengua viperina de Sócrates, la amenaza de ver cómo la imagen acabada que podían tener de su persona, del mundo... pudiera irse al traste, al traste, no por otra cosa sino por la pura lógica, por el puro pensar, por la verdad, si entendemos la verdad exclusivamente como el levantamiento de la mentira.
Pero frente al miedo a la existencia, Sócrates montaba las fiestas, las fiestas del pensar, del hablar, del vino y el Eros en las que poco importaba la personita de cada uno. Las fiestas en las que la alegría era justamente dejar ser a la pura lengua, al logos, sin meta alguna que alcanzar, sin tiempo que rellenar o preveer; las fiestas, en fin, de aquellos que por medio de la lengua dejaban de tener miedo a su muerte (a su existencia), pues, ¿qué es aprender existencialmente sino aprender a morir? Y aprendiendo a morir, a pensar y a hablar si entendemos el hablar de verdad como la muerte de la mentira que hace creer que la existencia de uno (ser el que se cree ser) es todo lo que hay quizás, parecía que pudiera vivir algo que era otra cosa que la personita bien acabada y constituida por miedos y culpabilidades, esto es, por la realidad personal de cada uno.
Pero entonces, ¿qué es eso otro de la persona y el miedo que la constituye? ¿La vida quizás? ¿Vivir entonces es aprender a morir? ¿Vivir es vivir como común, esto es, contra la realidad personal? Si es así, y así lo sospechamos aquí, ¡qué alejado se encuentra hoy Sócrates del Individuo que a todas horas nos venden que debemos ser! Y no puede ser de otra manera, pues la única manera de comprar al ser humano, es haciendo de él algo real, una existencia, esto es, un Individuo. Que al caso, este Individuo viene a ser tan real e intercambiable por Dinero como una cosa.

miércoles, 22 de junio de 2011

La cuadratura del círculo



Sesión de control del Gobierno. Se debate entre IU y PSOE  el movimiento 15-M. Ramón Jáuregui dice lo siguiente al hilo del 15-M: "Queremos (el PSOE) una economía de Mercado, no una sociedad de Mercado". Vamos, que quieren, dicho con el buen Schopenhauer, "Un hierro de madera". Eso sí que es ser  "idealista"  en el sentido más despreciable de la palabra.

sábado, 18 de junio de 2011

Perdido



 Empiezo a sentirme perdido. Buena señal. La creación ahora empieza a ser más dura.

domingo, 12 de junio de 2011

Mientras no cambien los dioses, nada habrá cambiado



* Tomamos como título prestado, y sirva de homenaje, el del libro publicado en 2002 por Rafael Sánchez Ferlosio.

Mucho se viene hablando del movimiento que se ha bautizado por los medios como “15-M” o el de los “indignados”. Y la verdad, aquí no vamos a movernos en interpretaciones del tipo que hacen los medios mayoritarios o los partidos políticos (si es que no es una redundancia en los términos). No, aquí más bien vamos a hablar como ciudadanos cualesquiera, como pueblo (si es que aún nos queda algo de eso). Y el pueblo, la ciudadanía, ya lo llevamos diciendo en nuestros articulillos todos estos meses, lo que mejor saber decir es que NO.
Aunque ya hayamos hablado de lo anterior en otras ocasiones, no será malo recordarlo. Así, si el pueblo lo que mejor sabe decir es que NO, es justamente porque el pueblo (la ciudadanía) se muestra como lo contrario al Poder, que es el que sabe (cree saber) cómo son las cosas, hacia dónde se encaminan y, por tanto, sabe en todo momento qué hay y qué no hay que hacer. De ahí que en el discurso del Poder (los que gobiernan al pueblo o aspiran a gobernarlo) dos sean las palabras fundamentales de su vocabulario: Realidad y Futuro. Y es normal que así sea, pues Realidad es todo aquello que existe, y el Poder tiene fe en que todo lo que existe es todo lo que hay, a saber, que la vida se agota en lo existente: pragmatismo les gusta llamarlo a los Políticos. Pero claro, como la gente no somos del todo tonta, nos damos cuenta que a cada paso las cosas no son tan perfectas y acabadas como en la Realidad tratan de vendernos, así que, cuando esto pasa, el término que utiliza el Poder es el de Futuro: “las cosas no están acabadas, pero se conseguirá en el Futuro”. Así, la Realidad se convierte esencialmente en fe (como no puede ser de otra manera pues nunca está agotada) en el Futuro. Las cosas se cerrarán en el Futuro: la Realidad como Futuro es un camino que venden como esperanza de cambio, pero en verdad, ya hemos aprendido que nada cambia, pues saber el futuro en el fondo es saber lo que pasará, y si sabemos lo que pasará, entonces es que ya ha pasado, pues cuando pase, si pasa, ya sabíamos que pasaría (¡Vaya gracia!). Y así andamos desde hace más de 10.000 años (esto es, desde que se inventó la escritura y contamos con eso que se llama Historia), tratando unos de imponer la Realidad a otros que, también tratarán de imponerla cuando renieguen de ser “los gobernados” y quieran ser “los gobernantes”.
Pero de esta Historia nuestra de 10.000 años ya, quizás podamos aprender algo muy concreto, práctico y sencillo, y es que, o se está con el Poder o contra Él. No parece que haya más medias tintas, así, todo reformismo del Poder no aparecerá como otra cosa sino como cambio para que nada cambie de veras: reclamar otra forma de Poder entonces no será sino reclamar el mismo Poder de siempre. Y esa es la inocencia que deberíamos perder: que no hay Poder bueno, que el Poder es siempre contrario a la gente, al pueblo y al sentido común. Que donde hay Poder, como no podía ser de otra manera, se da la escisión entre el hablar y el hacer, que siendo lo mismo, el Poder siempre habla de su distinción: “menos palabras y más hechos”, nos venden todos los días. (Si nos diéramos cuenta de que cosas y palabras son una y la misma cosa, quizás algo cambiara; pues la táctica del Poder es hacer de lo común del lenguaje algo privado, desvalorizándolo para que a nadie le de por hablar de veras, esto es, sin un vocabulario restringido y utilizado a su antojo [que son los que lo inventan] para su mayor Poder y Gloria.)

Y esto anterior es lo que tiene que tener claro todo movimiento ciudadano que quiera liberarse en algo: que toda lucha que trate de cambiar algo y que se las vea, en definitiva, con la Realidad, se tendrá que situar o con el Poder o contra él. Que no cabe un Poder reformador, un Buen Poder; pues todo Poder, a fin de cuentas, para serlo, necesitará unos gobernados que estén por debajo de Él. Y este es el error de reclamar una “Democracia Real”, esto es, una especie de reforma del Sistema imperfecto para que llegue a su perfección. Y es que su perfección es del todo imposible, pues “el Poder del Pueblo” no deja de ser una contradicción, pues, si el pueblo gobierna, ¿quiénes serían los gobernados? ¿El pueblo mismo como gobernante y gobernado? Si fuera así, entonces carecería de sentido la diferencia entre gobernar y ser gobernado, y la Democracia no sería otra cosa que su propia autodestrucción. Ojalá fuera la destrucción del Poder por su propia contradicción lo que se buscara; pero no, el movimiento de “Democracia Real ya” (no en absoluto, pero sí mayoritariamente en base a la plataforma del mismo nombre) únicamente trata de reformar el sistema: que los banqueros no se enriquezcan tanto (un poco sí, pero no mucho), que los políticos ganen menos (y no que nos dejen en paz de una vez), que haya participación ciudadana en las instituciones (no se han dado cuenta que en esas instituciones al final el lema es “¿qué hay de lo mío?), que se pongan límites al sistema capitalista (un poco de Mercado sí, pero no mucho. Como si el Mercado no se guiara siempre por tratar de hacer de cualquier cosa Dinero)... Es así que el “15-M” no servirá de nada si continúan por el camino de utilizar los mismos medios que el Poder.
De esta manera, si queremos que cambie esto que soportamos día tras día, si queremos destruir esa mentira de la Realidad que nos entristece la vida, lo mejor que podemos hacer es expresar nuestra indignación, nuestra tristeza, nuestro cabreo ante tanto abuso, tanta mentira, tanta crueldad y miseria. Y decir que NO, que no nos los creemos. Y que hablar así, descreyendo y diciendo que No, ya es hacer algo, pues el pueblo no necesita creer en un futuro mejor que ya se ha demostrado en la Historia como mero cambio de las élites; que el pueblo, lo que nos quede de ello, es siempre lo reprimido, lo angustiado que se libera diciendo que NO. Sólo el decirles que NO, que NO queremos cambiar para seguir igual, ya nos trae un soplo de aire fresco, una esperanza de que aún no pueden Todo. Que hay posibilidades que no son futuras, que están aquí y ahora, que no todo está acabado, que aún podemos expresar nuestra indignación, que es lo que nos da alegría. No necesitamos más Democracia (no aguantamos la que tenemos, como para que aún sea más Real), sino más sentido común, que es el sentido de cualquiera porque no es el de nadie. Y lo común, lo que nos hace fuertes, es decir que NO a la mentira que nos venden todos los días, no proponer soluciones creyendo en un Poder Bueno e Inocente porque no lo hay. Y si nos preguntan, “y entonces, ¿cuál es la alternativa?”, la respuesta es clara: “No, las alternativas son alternativas siempre del Poder mismo. Nos-otros (es decir, nosotros como alteridad, como otros) no sabemos del Futuro”. Quizás así surja algo nuevo, algo que aún no esté escrito en el camino ya diseñado por lo mismo y los mismos de siempre. ¿Una utopía? Sí, pero en su sentido etimológico: 'u-topos', es decir 'sin-lugar específico'. Como la 'u-topía' de Machado, ése que nos venía a decir que no había camino, sino que se hacía camino al andar.

Distancia

En la distancia, en el salirse un poco del trascurrir humano, demasiado humano, de las cosas, uno se da cuenta de lo tristes y abnegados que somos la mayoría de las veces. Ahora bien, unos más que otros. Esto me lleva un poco a la convicción de que donde no hay alegría y sí aburrimiento, las cosas no van por donde debieran. El tema sería algo así como: ¿qué es lo malo? Lo que aburre y entristece. ¿Me acordaré de esto en el trascurrir mundano?

Eterno retorno de lo memo

Cada vez empiezo a tener más claro que los que defienden este sistema actual hacen el papel de los que defendían la dictadura. Da igual el Sistema que sea, al final, tratan de someter a la gente. Lo más curioso es que cuando los escuchas hablar, trasmiten un mal rollo y una tristeza que, en el fondo, dan ánimos para seguir pensando que la cosa (luchar contra la mierda que nos venden todos los días) tiene sentido.

martes, 31 de mayo de 2011

¿Muerte de Eros? ¿Final?


Hoy se piensa que todo se sabe o puede saberse, y por lo tanto —en consonancia con la sociedad (suciedad) de la imagen— verse. De esta manera, la sexualidad deja de aparecer como problema (que en el fondo no lo es pues carece de solución o saber, de ahí su gracia, decíamos semanas atrás), y por tanto, raíz de extrañamientos, sorpresas y juegos. No nos debe sorprender entonces que hasta el juego y la sorpresa se pre-vengan y pre-sepan. Y sólo tenemos que ver, leer o escuchar en algún espacio especializado, para darnos cuenta que todo se pretende saber sobre la sexualidad: qué hacer, cómo hacer, cuándo, cómo y por qué. Y esta pretensión de colmar la sexualidad no llega sólo por parte de espacios especializados — y de ahí muchas de las hipocresías de los medios de comunicación— sino que es una explosión que acontece en todos los espacios de difusión.
Así, y a modo de ejemplo, podemos ver cómo en los telediarios para decirnos que hace buen tiempo en pleno febrero nos muestran a chicas en la playa haciendo top-less; como diciendo: “un buen par de tetas es la mejor manera de demostrar que hace buen tiempo”. De esta manera, la lógica sería algo así como: aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, entonces enseñamos un par de tetas, que en el fondo es lo que todos queremos ver. Por supuesto, no es que enseñar las tetas a la hora de comer sea algo bueno o malo, sino que, y es de lo que venimos hablando, esta explosión visual del sexo provoca que la sexualidad pase a estar, y esto es algo que le encanta a los políticos, normalizado. Así, para defender la sexualidad —como si la sexualidad necesitara alguna defensa— se usan esas terribles frases de: ¡No pasa nada! ¡Es absolutamente normal! Y ese es el problema, que la sexualidad pasa a ser algo normal, y por tanto, carente de deseo. Deja pues de pasar algo con la sexualidad. Así, si antes era indeseable porque parecía que con la sexualidad pasaba todo, hoy, a la inversa, es indeseable, o no-deseante, pues nada pasa. El purismo de antaño acontece hoy, como ya señalamos, a la inversa —que no deja de ser al fin y al cabo el mismo acontecer—: todo vale pues nada pasa.
Hijos somos aún de ese miedo a la carne que no deja espacio a la inocencia y extrañeza del devenir, al juego, en una palabra. Y es tan así que hoy no jugamos, sino que simplemente cumplimos el programa. El juego amoroso-sexual queda reducido al cumplimiento de el plan escrito en las alturas del Poder, que no tiene otro nombre sino el de el Dios Dinero. (Y sólo tenemos que ver la cantidad de gremios que se desnudan para recaudar dinero para darnos cuenta de esta identidad entre Dinero, Sexualidad y Poder.)
Si antes sólo tenía sentido la sexualidad que poseía como objetivo el tener hijos, pues así lo mandaba Dios; hoy sólo la tiene aquella que satisface al nuevo Dios (o quizás el de siempre): El Dinero —o-el-hacer-de-todo-un-producto— esto es, Aquél que confunde, como el necio de Antonio Machado, el valor con el precio. (Pues, ¿qué es el Dinero sino el cambiazo de las cosas por productos?)
Así, esta explosión sexual a las órdenes del hacer-de-todo-un-producto no puede sino convertir a los relacionados en Poseedores. O si se quiere, en 'Hombres', si entendemos por la abstracción 'Hombre' todo aquello que tenga que ver con la dominación y reducción de algo a producto que poseer. Así, y dicho sea de paso, la supuesta liberación contemporánea de la mujer no sería sino la conversión de la mujer en 'Hombre', en una herramienta más al servicio del Capital. La mujer se iguala al hombre no querría indicar sino el triunfo absoluto del 'Hombre', del Poseedor.
La sexualidad queda reducida a producto: fin del deseo, fin de la sexualidad, fin del amor y el juego… Muerte de Eros si aún nos tragamos el cuento de la supuesta nueva Realidad contemporánea. Pues la Realidad, por supuesto, nada tiene de nueva ya que siempre habla de lo mismo: del Poder, de reducciones a simulacro, de cambiazos… Y es que, en el fondo, el Poder —la Realidad— necesita creer, y por tanto hacer creer, que nada pasa. Pero el corazón sospecha que NO, que por ahí abajo aún suena algo que no sabemos qué es y que definitivamente parece estar perdido. Pero, por eso mismo, porque está perdido, quizás sigue aún viviendo en las profundas aguas de lo que no sabemos pero sospechamos que hay.

sábado, 28 de mayo de 2011

No lo entiendo

¿Por qué se lía la que se lía en los partidos políticos porque pierdan o ganen el Poder? ¿Porqué tanta ambición? Si de verdad se tomaran en serio lo político, no habría pasiones tan desbordadas en un sentido u otro, estoy seguro. Lo político se encuentra escindido a esas alturas. Por un lado está el Poder, y por otro lado lo político como tal, esto es, el hacer. Desgraciadamente, sólo se reconoce como político a lo primero, a lo que en verdad no lo es.

viernes, 27 de mayo de 2011

¿Democracia Real? III


 Esta es la realidad,  o el poder, que da lo mismo, de la Democracia. Todo va "bien" si dices que sí. Por eso es absurdo pedir una "Democracia real". La Democracia, como todo sistema, tiene el monopolio de la violencia. El que quiera el poder, u otro poder, como la plataforma "Democracia real ya", que vaya aprendiendo que no hay Poder bueno, que todo Poder es esencialmente su defensa, esto es, sangre.

lunes, 23 de mayo de 2011

¿Democracia Real? II

Y morirá de Realidad.
Está claro que un movimiento libertario que use las mismas armas que el Poder, en este caso la "Realidad", está condenado al fracaso. No nos extrañemos. Hasta que no aprendamos que lo único que nos une es lo que rechazamos, lo que nos mata, amarga y entristece, todo será cambiar para seguir igual. Otra cosa sería la lucha contra esa Realidad que nos amarga; ahí si quizás pudiera pasar algo nuevo, algo creativo. Hasta que no seamos conscientes de eso, la muerte será por lo mismo de siempre: por Realidad. Desgraciadamente, como ya sospechaba, esto no va a ningún lao, al no ser que sea algo popular, abierto y que no busque otra Democracia (al fin y al cabo la misma), sino algo nuevo, algo porvenir.

sábado, 21 de mayo de 2011

¿Democracia Real?

Ayer estuve en la concentración de Mérida convocada por la plataforma "Democracia Real ya". Y bueno, tras pasar toda la noche allí, algunas cosillas he sacado en claro. Aquí las expongo por si a alguien le interesan o, simplemente, para entrar a debatirlas.
En primer lugar  he de decir que fuí a esta concentración algo escéptico pues no creo en una "Democracia Real ya". La que tenemos es real y bien real. De hecho, como dice Zizek, el problema no es el Capitalismo, sino la propia Democracia Real, la existente, que es la que necesita del Capitalismo para su mantenimiento. Es decir, que hoy, a fin de cuentas, Capital y Democracia son lo mismo.
Pero de todas maneras, decidí ir porque también pensaba que podía ser una oportunidad para cagarnos en todo aquello que nos trata de matar todos los días, para cagarnos en las injusticias, en la avaricia,en todo lo feo y malo que nos acosa y nos venden día sí y día también.
Una vez allí, mi primera sorpresa fue que las cosas se decidían asambleariamente, lo que me llenó de alegría. Ví a la gente con muchas ganas de lucha, de expresar su tristeza, su indignación, su mala hostia, vaya.
La segunda sorpresa fue la multiplicidad de gente que allí había, las diferentes ideas que, bueno,  hacían de los debates algo vivo. La cosa no pintaba mal, así que, decidí pasar la noche en ese ambiente ciertamente productivo.

Las sombras. Por la mañana, recién levantados a eso de las 8 de la mañana, y tras unos ricos churros con café que una amable señora nos trajo, se generó un nuevo debate. Y aquí me acecharon ciertas dudas sobre el movimiento. Y la principal es que está promovido por una plataforma que en el fondo es reformista, y que a mi modo de ver, en el fondo, lo sepan o no, lo que trata es de perfeccionar más el Sistema existente: La Democracia. Se empezó a hablar de "Proyectos", de "Futuro", etc. Palabras que pertenecen al Sistema, palabras que ya no dicen nada, o dicen siempre lo mismo ya: nada. Así que, la cosa comenzó un poco a torcerse, como no puede ser de otra manera cuando se habla de lo que se cree saber, pero que en verdad no se sabe. Lo popular, lo común, cuando se habla así, se pierde y, el Sistema, La Realidad, vuelve a ejercer su Poder.
Esta noche volveré a acercarme, escéptico, pero con ganas. Pero veo claro que este movimiento quedará en nada si lo que puede que fuera una manera de expresión popular, se queda en meras "propuestas de Futuro" y "Reforma". Este movimiento triunfará si la plataforma "Democracia Real ya" no la monopoliza y logra disolverse en lo común y popular. De otra manera, será cambiar para seguir igual, pues lo popular, lo común, el pueblo, lo que nos quede de eso, no sabe ni de Futuro, ni de Propuestas ni de Cultura ni de Presupuestos. Lo que si sabe es que está harto, triste, jodido y bien jodido, y contra eso, aún se puede levantar y decir que NO, pues eso es lo que dice el pueblo: NO, NO Y MIL VECES NO.

lunes, 9 de mayo de 2011

Muerte de Eros (III)



Seguimos por donde dejamos nuestro análisis de la sexualidad contemporánea.
Detengámonos un momento en el juego. ¿Cuándo cabe jugar? ¿Quién está jugando de veras?
Cuando hablamos de juego nos referimos a la inocencia del juego, es decir, que en el fondo, de lo que hablamos es de algo que está ahí cuando se está jugando, o si se quiere, de una conciencia perdida —no consciente de sí misma— que juega. Así, podríamos decir que sólo se juega cuando no se sabe que se juega, pues de otra manera, el juego se queda en simulacro, en engaño del engaño alegre que pueda ser el juego.
El juego entonces tendría más que ver con lo que está por debajo de la realidad y que por lo mismo, no se sabe qué es. Y esa sería la gracia del juego, que no se sabe qué es. Pues cuando se sabe, evidentemente, ya no estamos jugando. Se podría decir que la alegría del juego es “Paraíso Perdido”, esto es, algo que fue, que pasó: es la única conciencia real que cabe del juego. (Por cierto, más nos vale no vivir en el Paraíso, pues todos los aspirantes a “Paraísos reales”, como así nos muestra la historia, no han acabado sino en la guillotina, en Auschwitz o en “El Gulag”, por citar acontecimientos políticos.)
Por tanto, habría que diferenciar entre el juego, y la realidad del juego, que es más o menos lo que implica hacer una Filosofía, Teoría o Ciencia de las cosas que pasan, pues es claro que lo que 'Ahora' está pasando es irreducible a Teoría pues, cuando se apresa lo que pasa, por pura lógica, ya no está pasando.
De ahí, por otro lado, que la vida nunca pueda ser una teoría sobre ‘la vida’, pues si la vida tiene algo de extraño, de gracia, de juego, es que nunca se puede predecir o encorsetar en conocimiento alguno. Así, valga como imagen de lo que queremos decir el niño que destruye y construye castillos de arena despreocupadamente, esto es, sin saber lo que está haciendo más allá de lo que hace, sin más pretensión que la seriedad del juego. Podríamos decir que se juega cuando no se es consciente de que se juega y por tanto, volviendo a nuestro tema, se desea cuando uno no sabe que desea. De ahí, a propósito, lo terrible de decir o tener que escuchar el famoso ‘te quiero’, pues lo que se está haciendo, ni más ni menos, y se sepa o no, es convertir al otro o a uno mismo, según toque, en algo muerto, acabado, pasado, en instrumento de un deseo que no desea sino que desea desear. Y es que, y esto es claro, cuando se desea desear, en el fondo, por supuesto, no se está deseando sino haciendo un simulacro del deseo; o si se quiere, realidad lo que no lo era. Por tanto, decir “te quiero” no es otra cosa, ni más ni menos, que convertir lo que pudiera haber en nosotros de deseo en cosa, en objeto, en realidad, en algo ya pasado. ¿Y qué es la realidad sino algo que ya ha pasado? 'Realidad', 'Paraíso' 'Infierno' no serían entonces sino cosas ya pasadas. En cambio, lo que vive 'Ahora', por estar pasando, no puede haber pasado, y por lo mismo, no es real ni existe.
No le faltaría razón a Nietzsche entonces cuando tildaba de vampiro a aquél que no pudiendo amar ni jugar, existía del amor y el juego.
Por otro lado, un ejemplo maravilloso de este vampirismo lo podemos encontrar en la película Ciudadano Kane, donde Kane, empujado por su “deseo de deseo” es incapaz de desear, lo cual no le hace sino adentrarse en un deseo muerto que le lleva a crear sustitutos de todo aquello que pudiera haber de verdadero deseo. El Dinero (Dios o la Realidad de realidades) no es sino el simulacro (hacer existir lo que no existe) de 'lo que vive'.
Nos encontraríamos hoy, recapitulando todo lo dicho hasta ahora, en la misma situación que Alex (Malcolm McDowell) en La Naranja Mecánica, afirmando orgullosamente nuestra salud sexual… cuando, al fin y al cabo, lo único que hacemos es volver a negar la sexualidad para matarla de una vez por todas; sólo que ahora más sutilmente: negándola hasta la saciedad —y la suciedad— por medio de la realización (o normalización, que viene a ser lo mismo) del deseo.
Pero como ya se nos muestra en el film anteriormente citado, siempre queda un resto, algo que no se puede reducir a cálculo, Historia o terapia psicológica: algo que no se sabe qué es exactamente, y que por eso mismo no existe. Llamémosle deseo.
Aún queda algo...

lunes, 2 de mayo de 2011

El asesinato del Diablo

Curiosas las reacciones que se han producido por parte de todas las instituciones mundiales en torno al asesinato (y no muerte, pues ha habido una voluntad de acabar con su vida) de Bin Laden. Todos están contentísimos: un gran avance en la carrera contra el terrorismo, ha dicho ZP; Obama, el Premio Nobel de la paz, habla de Justicia: "EE UU ha lanzado un mensaje inequívoco: no importa cuánto tiempo haga falta, se hará"; Berlusconi habla de "gran resultado en la lucha contra el mal"; el Vaticano habla de que "Bin Laden responderá ante Dios de todas sus muertes". Por supuesto, ya se prevé en Wall Street un gran movimiento al alza del "Verdadero y Único" Dios: El Dinero.
Lo que no entiendo: ¿En un Estado de Derecho no tiene todo el mundo derecho a un juicio justo? ¿No estaban Europa, el Vaticano, Obama... en contra de la pena de muerte? Esto ha sido una ejecución en toda regla. Por si se nos había olvidado que el monopolio del terror se encuentra en el Estado, ahí  tienen una buena ración de confirmaciones. El llamdo "terrorista" en el fondo es sólo alguien que trata de tomar el Poder que pertenece en exclusiva al Estado, a saber: El Terror.


P.D: No ha salido ni una sola imagen del cuerpo muerto de Bin Laden, y curiosamente, ya ha sido enterrado en el mar, por lo que no podrá verse nunca.

viernes, 29 de abril de 2011

Honestidad

Por más que me esfuerce, al final, ¿cuál es la verdad?  La verdad engaña más que el deseo.

lunes, 18 de abril de 2011

¿Muerte de Eros? (II)



…Continuamos con ese análisis de la 'sexualidad' contemporánea que iniciamos hace dos semanas.
La 'sexualidad', como bien ve Zizek, se ha llegado a convertir en opresión: sabemos cómo satisfacer al otro, cómo satisfacerse a sí mismo, las posturas más o menos placenteras (idealmente placenteras, claro), sabemos en qué momento hay que acariciar, penetrar… Opresión, como venimos diciendo, por saturación. Si el imperativo moral de épocas pasadas con respecto al deseo era “no gozarás”, el nuevo imperativo rezará “gozarás sobre todas las cosas”. Y el no gozar, siguiendo con Zizek, sólo generará culpabilidades de todo tipo.
Pero la 'sexualidad' —su Idea— no será sino uno de los brazos de la contemporánea y supuestamente 'progresista' Idea de la “Calidad de Vida”. La cual implica, entre otras cosas: tener una desenfrenada vida social, hacer turismo, llevar una reglada alimentación, o una programada y ya mencionada actividad sexual… Eso sí, todo como Individuo, como uno más que al creerse tan diferente del resto, lo único que hace una y otra vez es repetir lo que la mayoría hace. Ser Individuo entonces, no será otra cosa que hacerse mayoría: esto es, un idiota que cree que tiene un pensamiento privado. Idiota, eso sí, en su sentido etimológico, esto es, aquél que teniendo un pensamiento (lenguaje) público, común, cree que su pensamiento (su lenguaje) es particular, propio, privado.
Pero si nos detenemos un momento, podremos observar cómo la “Calidad de Vida” contemporánea, en apariencia liberadora y progresista, es en cambio, como ya adelantamos, una actitud conservadora. Y conservadora pues de lo que se trata fundamentalmente es de poseer, de tener, de negar con todas las fuerzas (que nunca son todas, afortunadamente) lo que pueda haber de juego, extraño o sorprendente en las cosas. Viajar (¿No va la mayoría a los mismos sitios la mayoría de las veces?), la amistad, desear… se convierten en medallas que demuestran que uno está a la altura de los tiempos, esto es, que uno está cumpliendo el programa que se nos impone desde el Estado de Bienestar, o del Capital, que da lo mismo (no nos engañemos, el Estado hoy, al igual que cualquier empresa, se basa en “el criterio de rentabilidad”. ¿No se anuncia por T.V como una empresa más?). Uno cuenta sus amigos (sólo hay que escuchar a los más jóvenes sobre la cantidad de amigos que tienen en el facebook, tuenti...), sus traslados (no viajes), sus encuentros amorosos... pero sólo el número de ellos, pues en el fondo, nada hay que contar; nada hay que vivir en todo ello, pues nada pasa en ello (Por no contar las aburridas sesiones de fotografías, souvenirs, recuerdos, cotilleos amorosos... sobre Nada). Nuestra época no es si no la época del récord. No importa jugar, lo importante es ganar, hacer algo más que otro o que uno, que para el caso es lo mismo (recordemos a Phileas Fogg recorriendo el mundo en 80 días sólo para ganar una apuesta, ¿qué más da la experiencia del viaje? Hay que ganar la apuesta, sencilla y brutalmente). Se juega a jugar que se está jugando pues en el fondo no se juega sino que se está venciendo, o dicho de otra manera, capitalizando lo que pueda haber de placer en las cosas . Se capitaliza pues no cabe jugar, por supuesto, cuando no cabe perder. La victoria se pretende absoluta.

Continuará...

lunes, 11 de abril de 2011

Algunas mujeres

No sé muy bien qué significa, ni siquiera si implica algo, el caso es que hoy se ha apoderado de mi el siguiente pensamiento: "me gustan las mujeres a las que les gusto". No sé, cuando tenga tiempo trataré de pensar qué implica esto, el caso es que me he aligerado al pensarlo. ¿Me habré engañado?

viernes, 8 de abril de 2011

Dificultades

¡Otro día perdido! No es nada fácil hacerse un temario "al gusto" para las oposiciones. Entre mis errores de elección, y lo poco que hay para elegir en nuestra (emeritense) flamante Biblioteca Pública del Estado, a veces esto se torna desesperante.
Y encima yo, que soy de los que se mueve una mosca y ya me he desconcentrao... En fin...

domingo, 3 de abril de 2011

¿Muerte de Eros? (I)



Hablaremos en los próximos meses
de eso que llamamos ‘sexualidad’
tal y como se entiende hoy en
día. De la apertura absoluta de la
misma que la aboca hacia donde
ya estaba antes de la presumible revolución sexual:
a la represión. Y lo que es peor, abocada a una represión
que trata de hacerse pasar por liberación: la
Libertad sexual ya está aquí, ya sabemos por fin qué
es y cómo vivirla. Fin de todo ensayo y error, o búsqueda.
Fin del juego, sólo queda aplicar el programa:
¿Muerte de Eros?
Pero vayamos por partes. ¿Qué es eso de “la
apertura absoluta” de la sexualidad?
Dicho de manera concisa y en términos de Baudrillard,
“la apertura absoluta” de la sexualidad sería
la visibilidad absoluta –pantalla total– del sexo, y por
tanto, el acabamiento de aquello que en un principio
(pensemos en los movimientos de liberación
sexual de los 60) se trataba de sacar de las terribles
y angustiosas aguas de la represión. La sexualidad
así –expuesta a la visibilidad absoluta– si en algún
momento tuvo algo de extraño, de no sabido, queda
aniquilado en pos de de un saber que se pretende
total (como todo saber por otro lado: o se sabe en
absoluto, o en el fondo, no se sabe).
Ya no hay nada que experimentar en la sexualidad,
todo está ya a la vista. Y lo que es peor aún, el
lenguaje queda saturado también por esta visión absoluta:
hablar sobre sexualidad no será sino repetir
una y mil veces lo ya visto, y por lo tanto, ya sabido.
Libertad sexual pues, no será hoy sino repetir hasta
la náusea lo que ya está hecho, dicho y visto.
De esta manera, y paradójicamente, aquello que
se trataba de liberar vuelve a hundirse en las aguas
de la represión, sólo que, actualmente, la represión
acontecería de manera más sibilina: no se prohíbe
a las claras sino que todo vale. Y el todo válido, el
todo que se ve absolutamente, no será sino el sexo
puro, esto es, el órgano sexual. Así, podemos decir,
la sexualidad queda hoy reducida al sexo. Al sexo que
mata cualquier atisbo de sexualidad. ¿Y qué mejor
manera de matar la sexualidad que afirmando al sexo
–valga el símil político– absolutista? La sexualidad
pasa a poder verse y saberse absolutamente y, por
tanto, a poder controlarse, o al menos, esa es la pretensión.
(“Lo absoluto” no pasa de ser Fe, esto es,
pretensión de Absoluto.)
El deseo así, comenzaría y acabaría en el órgano
sexual, esto es, en la ejecución mecánica. La mecánica
sustituye al deseo –se cree que el deseo es el
órgano–, y el cuerpo, a su vez, aparece como mera
herramienta ejecutora del programa que hace creer
que el sexo es lo que desea. Lo que muestra, si nos
fijamos bien, que el cuerpo sigue entendiéndose
como otra cosa que el deseo y no como deseo mismo.
Por tanto, la sexualidad no se entendería como
acción, como propio deseo que se inventa y reinventa
sin-fin (como juego), sino como mecánica entre
cuerpos-herramientas que tienen como proyecto el
orgasmo. Y el orgasmo como proyecto, como fin, no
puede convertir su alrededor sino en medio para su
fin. Se podría así hablar de una tiranía del orgasmo,
o, si se quiere, de una tiranía del placer. Y tiranía pues
el orgasmo no se entiende como muerte (Le petite
mort le llaman los franceses) que ha venido, que se
ha dado, sino como muerte que se ha de buscar necesariamente
pase lo que pase, pues da igual porque
nada pasa. Eros queda reducido a cálculo, esto es, a
pura abstracción.
Así, puesto que la muerte se da, ¿por qué no anticiparla?
Hoy más bien parece que no cabe la espera
en el juego, o la espera del juego.
Por cierto, esta espera que mencionamos no es
ni por asomo la espera de la que hablan los sexólogos,
pues éstos, cuando hablan de pausa, se están
refiriendo a una pausa temporal lineal, esto es, con
vistas a fin y a futuro, a la muerte pues, y por tanto,
unida también a una visión mecánica de la sexualidad.
La espera de la que hablamos es una espera que
se detiene, nunca absolutamente, en lo que pasa o
está pasando, y por esto, desespera de fin. No piensa
en futuro sino AHORA. Por tanto, hablaríamos de
una espera que hace, activa, y no de una espera que
espera para otra cosa que está al final de la línea del
tiempo.
Continuaremos...

www.vozemerita.com

domingo, 27 de marzo de 2011

No, no, no, y mil veces no.

No soy simpático, ni guay, ni moderno, y no, no quiero ligar contigo.

jueves, 17 de marzo de 2011

Zizek desnudo

Un documental con bastante poca calidad fílmica, pero que sirve de excusa para acercarse a las palabras que salen del "gordo pajero" de Zizek sin tener que hacer el esfuerzo de leer.
Zizek es de los pocos que abren la cabeza, esto es, que nos liberan un poquito de tanta bazofia liberal.(Nos libera en el sentido de que nos hace ver la mierda, y al verla, se desvanece un poco). Uff, estoy poseido...
Bueno, os dejo el enlace, dura 67 minutos sin créditos, pero merece la pena.

http://www.overstream.net/view.php?oid=smrvs0ewubnm

domingo, 13 de marzo de 2011

Cumpleaños y muerte

A uno le gustaría morir como celebra su cumpleaños: rodeado de amigos.

lunes, 7 de marzo de 2011

La tontería no es progresista




Leía el otro día en el blog del escritor Arturo Pérez Reverte su artículo semanal que publica en un suplemento de tirada nacional. El artículo, titulado “Otra vez ganan los malos”, hablaba sobre el artículo 22 bis de la ley 56/2003, creado a partir del artículo 5 de la ley de Igualdad, en el que se viene a decir que será considerado delito aquellas ofertas de trabajo que discriminen a alguno de los sexos. Esto es, que si usted, pongamos por caso, regenta una frutería, y necesita a alguien que se ocupe de la caja registradora, en la oferta que lance, no podrá requerir sólo a hombres o a mujeres, sino a los dos sexos. Hasta aquí todo normal, pues quizás, quitando los trabajos de gigoló o prostituta, bien parece que en la mayoría de oficios el sexo poco o nada tiene que decir.
El problema viene cuando queremos hacer de nuestra capa un sayo, cuando la liberación de lo reprimido, en este caso 'lo mujer', se convierte en tontería. Así, nos contaba Pérez Reverte en su artículo, un empresario de Sevilla que realizó una oferta de trabajo en la que buscaba un programador, fue amenazado con una multa de 6250 euros por una Inspección de Trabajo sino modificaba el texto y aparecía en lugar de sólo programador, programador o programadora.
No hay mayor peligro que el que algo muy serio, se banalice. Ya Hanna Arendt habló de los peligros de la banalización del mal en su libro Eichmann en Jerusalén. En este libro, la intelectual alemana de origen judío, exponía cómo gracias a la exposición repetitiva (entre otras variables como el humor o el desprecio) del mal, éste venía a caer en lo banal, olvidándose así todo el dolor, crueldad o injusticia que de verdad pudiera generar.
No parece que estuviera muy desencaminada la alemana, pues bien sabemos que hoy podemos ver tranquilamente en televisión cualquier crueldad—sándwich en mano—entre las músicas casi discotequeras de los telediarios, que todo queda en mero espectáculo. La violencia, el mal, la crueldad, se quedan en ese velo aséptico de la información, que no es sino la eterna repetición de lo igual sin más mensaje que el de engancharnos para el siguiente telediario. El mensaje informativo de los medios no va más allá de la propuesta de que veamos el de esa cadena en vez del de la otra. Y no es que sean neutros ideológicamente los medios, pues más allá de esas nimiedades que son la izquierda y la derecha, su verdadera ideología es el Dinero.
Bien, pues al hilo de la banalidad del mal, y de la Ley que comentaba al principio, quería hoy atacar profundamente a esa tontería que se ha instalado en nuestra sociedad (no sólo en los poderes, que eso es lo Eterno, sino también entre las gentes del común) de la igualdad lingüística. Y tontería, no porque el problema de la desigualdad lo sea, no porque el machismo lo sea, y no porque 'lo mujer' siga siendo reprimido, no; tontería porque estas luchas por la liberación de 'lo mujer', importantes, serias y bien difíciles, al caer en la tontería de querer cambiar la gramática de una lengua, banalizan un problema que hace que 'lo mujer' siga apareciendo como estómago agradecido a los piropos del Poder, para que después Éste, y dicho a la llana, Le pueda “dar bien por culo”.
Y es que habría que recordar que en las lenguas, una cosa es la Gramática y otra cosa el vocabulario. Que las injusticias, los desprecios, el machismo, sólo se da en el nivel superficial de la lengua, esto es, en el vocabulario. En el significado de las palabras, en los sentidos que toman, en las metáforas que crean, ahí es donde se da el machismo, la desigualdad y la injusticia. Significados diferentes para zorro y zorra, hombre público y mujer pública, y sin fin de términos que ustedes como yo conocemos. ¿Pero la Gramática? La Gramática es lo profundo de la lengua, algo que está fuera del consciente de los hablantes, a la Gramática le da lo mismo, cosa que al vocabulario no, que gobiernen unos que otros, que seamos de izquierda, de derecha o de más allá. La Gramática, en fin, no es más que las reglas de formación de la lengua. Ahí, a esa profundidad de la lengua, no existe sexismo, sólo estructuras lingüísticas que vienen a decir, por ejemplo, que el neutro en español (que no tiene forma específica como en el inglés o el alemán) puede ser masculino como 'camionero', 'perro'; o femenino como 'policía', 'taxista'... etc. Así, hagan el favor de pensar en la ridiculez de decir 'taxisto' o 'policío', quizás así nos demos cuenta de cómo gracias a las tonterías de algunos el verdadero problema de la represión de 'lo mujer,' queda banalizado de tal manera que deja de ser algo de veras problemático, algo incómodo para el Poder. Problema que fue, y cada vez menos, una lucha de abajo, de lo reprimido durante tantos siglos (¿quedarán muchos?), de 'lo mujer'; una lucha del pueblo pues.
Pero un pueblo que se deja engañar, que olvida sus problemas y deja de luchar, como bien dice Arendt en el libro antes citado, permite con total impunidad cualquier tipo de mal, incluso el exterminio de una raza. ¿Dejaremos engañarnos otra vez más? ¿Nos dejaremos dominar otra vez? ¿O diremos que NO, que no nos creemos sus tonterías que nos dispersan y nos hacen olvidar lo importante? Desde aquí al menos tratamos de decir que NO, que NO nos lo creemos. Que aún NO estamos muertos del todo, y que sus tonterías, por más que repetidas, NO son verdad.

martes, 22 de febrero de 2011

Metafísica




Ocho y cuarenta de la mañana. Javier, un niño de 5 años mira embobado por la ventanilla del autobús. Esta fue la conversación:

- Javier, ¿qué haces?
- Mirando.
- ¿Y qué miras?
- Nada.

Si alguien tenía dudas o no sabía qué era la metafísica, nuestro amigo Javier nos lo ha explicado muy claramente.

lunes, 21 de febrero de 2011

La locura del coche




Hemos venido hablando en los cinco artículos anteriores de la Realidad y sus miserias, de su mentira fundacional y su engaño mundano. Pues hoy, para mostrar un sólo ejemplo de esta mentira de la Realidad —que al igual que el Dios de Santa Teresa se encuentra en todos los cacharros— nos las veremos con el coche. Con el medio de trasporte por excelencia del Estado de Bienestar. Y no crean que es casualidad que el ascenso y triunfo de este medio vaya de la mano del ascenso y triunfo del propio Sistema. Y sí, no se engañen, por más que últimamente (hace ya casi tres años) se venga hablando de la crisis del Estado de Bienestar, estas crisis no es más que el propio ajuste del Sistema para perfeccionarse, para existir más de lo que existe. Pero ya llevamos viendo algunas semanas que esa perfección no es más que un Ideal, una mentira basada en el Fin Futuro en el que Todo se pretende que sea Dinero. No nos confundamos, en este supuesto cambio de modelo (cómo si el Modelo no fuera siempre el mismo), lo que se está jugando de verdad no es el bienestar de la gente, sino del Dinero; se trata de que el Dinero se siga moviendo, que no se pare, y si para eso hay que pisotear a las gentes, acabar con el aire, con nuestros entornos, etc... da igual, en nombre del Dinero, de Dios, todo sacrificio es poco.
Y una muestra de esto que aquí venimos contando se puede entender mejor si echamos una mirada al coche. El auto (incluyendo autobuses, furgonetas o motocicletas) desde hace más o menos cien años, se ha ido convirtiendo en el modelo de trasporte más habitual para todo tipo de mercancías y personas. Y no porque esta manera de trasportes sea la más útil, la menos contaminante o la menos cara para los mortales, no, simplemente porque es el trasporte que más hace moverse al Dinero. ¿Cómo? Bien fácil. Sólo hay que pensar en la cantidad de alquitrán y asfalto necesario (derivados del petróleo) para hacer los kilómetros y kilómetros de carreteras para que estos autos circulen. O en la cantidad de gasolina y gasóleo (¡vaya! Otra vez derivados del petróleo!) necesarios para que los trastos anden por esas carreteras, sin olvidar también la cantidad de petróleo necesario para los aceites, lubricantes o neumáticos, imprescindibles para la conducción de los autos.
Bien parece que la dependencia de los autos con respecto al petróleo — que cómo bien sabemos ha acabado por llamarse “Oro negro”( Dinero en su máxima abstracción)— es bien clara.
Pero esto que puede parecer, como ya decíamos antes, un casual, es solo la expresión misma del sistema del Dinero. Así, nada mas hay que fijarse en la construcción y en la ordenación de las ciudades, y en la comunicación entre las mismas: todo está en función del tránsito de los autos. Adiós a los tranvías, a la tiendilla cercana a casa en donde hacer las comprillas del día (ahora ya compramos en las grandes superficies para diez o quince días, que al final la mayoría de las cosas se nos pasan, y que leñe, así hay que coger el coche y mover el Dinero, faltaría más), adiós también a los trenes (que nos los cambian por los AVE, que son los que llevan la prisa misma del Dinero y se pueden pagar los que lo usan, esto es, los que mueven el Dinero), adiós a las zonas de recreo próximas... Queda claro que donde el auto triunfa, que es en la mayoría de lugares del mundo, la vida cotidiana se va convirtiendo paulatinamente en un coñazo, en una molestia. Por no hablar de los atascos, las tristes sinfonías monotonales de las bocinas, y los humos, los malos humos que nos hacen respirar y que desprendemos al cabo de un ratillo de conducción por la ciudad.
Pero lo más curioso de todo esto es que, como aparecía hace poco en un diario de tirada nacional, el 80% de la contaminación de las ciudades se debe a los autos. ¿Han visto usted a algún político proponer la erradicación de los coches? Está claro que siempre es más fácil prohibirles cosillas a la gente (como fumar) y así tenerlas entretenidas con la ilusión de que de verdad se está haciendo algo. La pregunta que se me ocurre ahora es, ¿en qué tanto por ciento bajarían los casos de cáncer si no se fabricaran autos (no porque se prohibieran, sino porque nos diéramos cuenta los ciudadanos de que nos complican la vida más que hacérnosla pasar en grande)? ¿Por qué ese ataque al tabaco en pos del aire cuando lo más gordo, lo nocivo de verdad, se subvenciona constantemente? Por si le quedaba alguna duda, ya le digo yo que porque a la politiquilla actual lo que le interesa, como a los Bancos, es que el Dinero se mueva. Da igual como se mueva— de ahí la “chuminá” del “cambio de Modelo productivo”— lo importantes es que se mueva, y, ¿cómo se iba a mover si les diera a los políticos por parar de producir autos?
Así las cosas, todo apunta a que en estas elecciones, y tras ellas, todo seguirá igual por las alturas del Poder, pues bien parece que nadie irá contra el Dinero. ¿Aún se sorprende de ello?

viernes, 18 de febrero de 2011

Otra vez

Mi ración anual de amigdalitis ya está aquí. A pesar del gengibre. Toca lo occidental: montañas de antibióticos. Gracias, señor Fleming.

viernes, 11 de febrero de 2011

'Lo Energúmeno'

Podría entenderse este post como una aclaración del anterior. Si alguno no sabía qué era eso de los Cojones, aquí tenemos al Machito ibérico (cuidao, no se vaya a pensar alguno, o alguna, que está totalmente liberao del patán ibérico, no, no, y yo el primero; pero bueno, ya que he visto el camino de la liberación de la foto anterior, voy a perseverar, que diría Spinoza; aunque sé que es tan moderno esto de estar contra los Cojones, que bueno, igual alguien me confunde,o yo mismo me confundo, dios me libre)recordándonos cómo es exactamente y cuál es su hablar. Aquí tenemos el lenguaje del señor de Marbella, poseído por el Cojonudo autóctono (él no lo sabe, él se cree que él es el que es pero, simplemente, está poseído por 'lo Energúmeno'), al que le han cerrao el asador por negarse a cumplir la ley "antitabaco":"Mi negocio solo lo puede cerrar la Guardia Civil con una orden judicial. Hasta ahora he guardado las formas pero que tengan cuidado que tengo unos cojones muy grandes y estos socialistas asquerosos no me asustan". Dí que sí, Energúmeno, con dos Cojones, como los del caballo de Espartero. ¡A mi la Legión!

miércoles, 9 de febrero de 2011

¡Hasta los mismísimos... ovarios!

Bueceando por la nada virtual de interné, me he encontrao con esta foto. Y la verdad es que en principio me ha hecho mucha gracia y me ha parecido kínica (esto es, perra, salvaje, protestona), después he pensao que era lo mismo de siempre pero del revés, esto es, feminismo barato, simplón que ataca lo más tonto; y al final (por ahora, claro), sí que me ha parecido lo que mi impetus me dijo en un primer momento. Y lo reflexiono. Me parece que esta frase no quiere imponer nada, ni estar encima de nada, sólo muestra el hartazgo de lo oprimido. Mis no-ovarios oprimidos se han alegrado.

lunes, 7 de febrero de 2011

Movistar

L@s currant@s de movistar son supersimpátic@s, si encima se enteraran de algo y no me hicieran perder la pasta y la paciencia...

lunes, 31 de enero de 2011

YO contra 'el yo'


Si durante estas cuatro últimas semanas hemos venido viendo cómo se configuraba esa mentira de la Realidad, hoy nos las veremos contra algo que sin lo cual no podría existir la Realidad misma, es más, nos las veremos contra aquello mismo que sostiene la Realidad, aquello que en última instancia da Fe de la Realidad. Nos las veremos hoy entonces contra 'el individuo', también conocido con otros términos como 'el yo' , ' la persona' o 'el alma'.
El concepto de indiuiduum, ya lo usó por primera vez, si hemos de hacer caso a la traducción que hace García Calvo, Cicerón para traducir el término 'átomos', sólo que anteriormente, con Lucrecio, o Epicuro, el término 'átomos' tenía un significado negativo, esto es, como negación de la divisibilidad. Así, el átomo era aquello que no era divisible, esto es, 'no-divisible'. Sin embargo, ya con Cicerón, 'átomos', traducido como indiuiduum, tomará un carácter positivo, pasando a significar 'uno' o 'ente unitario', es decir, aquello 'que es uno'. De esta manera, 'átomo', entendido como 'indiuiduum', tomará el carácter necesario para que el individuo o átomo pase a ser real, a saber: que a la vez que es único e irrepetible, sea uno de tantos. Así, el individuo pasa a ser una clase de cosa en que todas son la misma por el hecho mismo de ser cada uno el que es, esto es, irrepetible y a la vez igual al resto de los irrepetibles.
Y si esto que se dice de las cosas lo trasladamos a la gente, el individuo no será sino la sustitución de lo indefinido que es la gente, por lo absolutamente definido (al menos esa es la pretensión de la Realidad, esto es, que las cosas sean absolutas) que es la personita de cada uno.
La diferencia entre individuos entonces vendrá establecida por el nombre propio pero, esta misma diferencia, es lo que les hará idénticos pues, todos, a su vez, tienen su nombre propio. De esta manera, mediante el nombre propio, el individuo se creerá que es el que es. Y como toda realidad, el individuo, al creer que es lo que es, no le quedará otra que estar condenado al Tiempo, esto es, al Futuro, o lo que es lo mismo, condenado a llegar a ser el que es, pues como ya vimos la semana pasada, ser el que es no deja de ser un puro ideal que siempre está por cumplirse porque, de hecho, nunca se cumple. (Si se cumpliera también valdría de poco porque esa sería la muerte absoluta, que bien parece que no existe, pues aún muerto alguien, no podemos decir con absoluta verdad cómo y qué era el/la que murió.) Así pues, querer ser el que se es, en el fondo, no es más que la condena a muerte a la que está destinada el individuo. Querer ser individuo, entonces, no es otra cosa sino querer morir. Es así que miedo (a la muerte del individuo) y esperanza (la eternidad, la salvación del alma del individuo) se nos aparecen como lo mismo, esto es, como servicios al Administrador esencial de la muerte absoluta que es el ens realissimus, el ente más real de todos que, como vimos semanas atrás, es el que da realidad a partir de sí al resto de cosas: Dios o el Dinero.

Pero el individuo del que venimos hablando no puede ser YO, sino que simplemente será 'un yo', o 'el yo', o 'mi yo', condenado como veíamos más arriba a la contradicción de ser irrepetible y a la vez el mismo que cualquier otro.
Y es que YO (no 'el yo', ni 'mi yo' por tanto) no es singular, ni es igual a otro , sino que depende de que se use AHORA en la lengua, y de esta manera, no cabe significarlo, nombrarlo o contarlo, ni como uno ni como conjunto. YO está a la disposición de cualquiera porque no es de nadie ni pertenece a nadie, si acaso, a la comunidad de hablantes, por tanto, para ser YO, solamente hay que usarlo, y usándolo, una vez estará aquí y otras allí, dependiendo del uso porque esencialmente, a diferencia 'del yo', 'mi yo', no tiene lugar fijo. En la lengua pues, YO es sólo un uso de habla sin significado alguno que, por eso mismo, es el que habla y no del que se habla ('el yo', 'mi yo', 'un yo'...). Así, si YO habla de él mismo ya no es YO sino 'el yo', 'mi yo', o 'un yo', esto es, una cosa, por más que esa cosa sea humana. Y no puede ser de otra manera, pues al ser tratado como cosa, no le queda otra que quedar condenado, como ya vimos, a idea y cuantificación, y por tanto, a dejar de hablar, pues ya no es lo que habla (mero punto de habla que vendría a perderse en el uso de los que hablan), sino de lo que se habla. Y ya dijimos que la Realidad, en el fondo, no es otra cosa sino de lo que se habla, de ahí que YO no sea nada real sino simplemente algo que habla, y como lo que habla, común, de cualquiera, ni mío ni tuyo ni de nadie, sin ninguna necesidad de existir (de llegar a ser el que es en un futuro), y por eso mismo, nunca muere.

sábado, 22 de enero de 2011

Orgasmothoven

Dice mi casi amigo,jeje, Juan Antonio Jiménez, Sako, que las sinfonías de Beethoven dan ganas de matar a alguien. Eso me hace pensar en algo que dijo una vez Nietzsche sobre la música, y era algo así como, "quien podría evitar que alguien, arrebatado por la música, se levantara en un momento dado y se liara a mandobles con todo lo amado". (Es una cita de memoria y muy modificada, pero el fondo de lo que dijo se mantine).
Bueno, supongo que la estética no puede ir más allá de la ética, o quizás es que tienen que ir de la mano y por eso ese gesto ya no sería ni ético ni estético.
No sé, el caso es que escuchando la novena de Beethoven, más que ganas de invadir Polonia, a uno se le llenan los ojos de lágrimas por la hermandad perdida, de lágrimas por el héroe que, aún herido por mil flechas, mantiene el corazón alto, cada vez más alto. Lágrimas por el corazón del porvenir perdido.

P.d: Y que nadie lo encuentre, que después a quien cree encontrarlo le da por invadir Polonia o pasar a cuchilla a los antihermanos.



martes, 18 de enero de 2011

La Realidad: Dios o el Dinero





Hace ya un mes (entre superfiestas y demás, incumplimos el compromiso de estar por aquí cada 15 días) nos quedábamos en la esencia de la construcción de la Realidad, así, decíamos que la Realidad no se construía sino por la coyunda o unión entre la idea de una cosa y la cuantificación de la misma. De esta manera, 'ideas' y 'cuantificación' vendrían a ser el mismo juego: el juego de la constitución de realidades; aunque con la diferencia, como ya hacíamos ver, de los distintos grados de realidad de cada cosa. Lo que, así visto, nos lleva a la constatación de que siendo real todo aquello de lo que se puede hablar (que nunca es todo lo que hay pues evidentemente nunca se puede decir Todo) la diferencia en el grado de realidad vendrá dado por el cada vez mayor “cierre semántico” del término (esto es, por el acotamiento significativo), así, cuanto más se crea saber qué es eso de lo que se habla, mayor realidad tendrá; pero ese cada vez mayor “cierre semántico”, nunca absoluto, a su vez, sólo puede darse cuando la cosa no empieza a ser más que la mera cuantificación, esto es, mero número, o si se quiere, puro Dinero abstracto.
Pero si esto es así, ¿cómo es posible que las cosas traten de ser lo que son continuamente aún a costa de que siempre acaben desfalleciendo ante la pretensión misma de ser lo que son?
Ya hicimos referencia en días anteriores a esta cuestión cuando hablamos de las Ciencias de la Realidad, pero ahora lo miraremos desde otro punto de vista, que al fin y al cabo viene a ser el mismo, sólo que ahora nos centraremos en el ente realísimo: el Dinero, o Dios mismo si lo comparamos con la tradición teológica.
La Fe, este es el término clave que sostiene la realidad de Dios o el Dinero, y no porque sea la Fe otra cosa que el 'saber', sino porque todo saber, a fin de cuentas, no es más que Fe. Veamos brevemente en qué consiste esa Fe.
La Fe en el Dinero no será sino Fe en el Futuro, esto es, Crédito. De hecho, el término 'crēdere' empezaron a usarlo los banqueros, llamando 'confiar a otros los bienes de uno' a lo que en realidad era 'depositarlos en una seguridad garantizada por el compromiso más estricto', lo que añade la obligación del 'reddere', esto es, rendir la 'confianza depositada'. Es decir, que la relación dineraria se convierte en puro crédito, en pura Fe en el Futuro en donde se dará cumplimiento de la promesa. Y puesto que hoy en día, actualmente, es el Dinero la realidad más real, la que mueve el Mundo, el Mundo no será sino Dinero, esto es, Fe en el Futuro. (¿Y qué es el Futuro sino dar por pasado lo que aún no ha pasado?) Y no puede ser de otra manera, pues si el Dinero no es sino Crédito (Futuro) no le queda otra que estar perpetuamente moviéndose hacia su propio fin, hacia su promesa que por definición (el Futuro nunca pasa) es imposible.



Por lo tanto, el Dinero, siendo esencialmente Futuro, es, por lo mismo, esencialmente tiempo vacío, y vacío porque en el fondo no pasa nada en el Futuro. Así, como vacío que es, va vaciando de diferencias todas aquellas cosas que se van convirtiendo en Dinero, hasta el punto de llegar a conseguir (nunca absolutamente afortunadamente) la sustitución de cualquier cosa por Dinero o Producto, que viene a ser lo mismo. De esta manera, la función del Dinero sería la misma que la del necio del que hablaba Antonio Machado, “confundir el valor con el precio”. El Dinero entonces habrá que entenderlo como la sustitución de las cosas―siempre vivas en el sentido de que no saben exactamente lo que son de una vez por todas― por Productos, que se saben perfectamente lo que son; de hecho, viven de eso, de que se sepan perfectamente lo que son, pues sólo sabiendo lo que son, cabe su mercantilización.
Y sirva como ejemplo de todo esto que venimos hablando el Arte mismo, que pudiendo tener alguna utilidad para la gente como desenmascaramiento de la Realidad (pensemos, por poner ejemplos, en Edipo Rey, o en las comedias de Aristófanes, o incluso en la tragedias contemporáneas de Arthur Miller), ha llegado a convertirse casi absolutamente en la mera compra-venta de Nombres, así, hoy, se compra un Picasso, una obra de Arthur Miller... independientemente de lo que la obra pueda hacer en el espectador; lo que no muestra sino lo que decíamos en el anterior artículo, que cuanto más se habla de una cosa, más existe esa cosa, y por lo mismo, más Dinero es, esto es, Futuro, vacío, un juego de pura nadería que sería absurdo si no fuera por todo el daño que nos hace a las gentes de aquí abajo. Pero no está todo perdido, puede que sólo el hecho de descubrir la falsedad del Dinero, de Dios, sirva para que al menos nos dejemos engañar un poquito menos. ¿¡Quién sabe!?


En www.vozemerita.com

sábado, 15 de enero de 2011

Discreción

¿Es discreto decirle a los demás que a uno le gusta ser discreto? No sé, veo una contradicción en el hecho de decirlo.
Supongo que habrá grados de discreción,quizás el más discreto sea el que ni siquiera lo dice. En todo caso, la discreción,como cualquier cosa, será una cosa diferente dependiendo de la acción que se realice. Así, supongo que la discreción de una prostituta será diferente a la de un asesino a sueldo, también será otra la discreción de un empresario que ls de un violador, aunque en este último caso me quedan más dudas de la diferencia... El uso, la acción que se hace, como siempre, es el significado de la palabra.

Por último, me pregunto: ¿Hay que ser discretos? Bueno, supongo que más que discretos hay que ser prudentes; ahora bien, si somos o aprendemos a ser prudentes es porque cometemos imprudencias, por tanto, hay de aquel que no cometa imprudencias pues nunca podrá ser prudente.

No sé por qué, pero me sale cerrar este post con esas palabras tan claras de Wittgenstein: "La razón está rodeada de locura". Por lo mismo, se puede decir entonces que la discreción está rodeada de indiscreción y la prudencia de imprudencia. Al final, como siempre, es cuestión de grado: un poco más o un poco menos.

sábado, 8 de enero de 2011

¡Qué bien huelen los bares!

Se acabaron los malos humos: el olor infame de la ropa,del pelo, los ojos colorados por el tabaco...
Ahora, por favor,y si no es mucho pedir, que saquen una nueva ley para que la gente tenga que salir a la calle a peerse.
El nuevo enemigo es el humo más invisible, aunque ya sabemos que no indetectable.

sábado, 1 de enero de 2011

Diálogo heavy de Año Nuevo

-Yo: "Luni tío, no bebas más que estás muy mal, te estás tambaleando".

-Luni: "Da igual, todavía no me he caido"


Moraleja: El que tiene el espiritu heavy lo es, independientemente de estéticas vacías.