martes, 31 de mayo de 2011

¿Muerte de Eros? ¿Final?


Hoy se piensa que todo se sabe o puede saberse, y por lo tanto —en consonancia con la sociedad (suciedad) de la imagen— verse. De esta manera, la sexualidad deja de aparecer como problema (que en el fondo no lo es pues carece de solución o saber, de ahí su gracia, decíamos semanas atrás), y por tanto, raíz de extrañamientos, sorpresas y juegos. No nos debe sorprender entonces que hasta el juego y la sorpresa se pre-vengan y pre-sepan. Y sólo tenemos que ver, leer o escuchar en algún espacio especializado, para darnos cuenta que todo se pretende saber sobre la sexualidad: qué hacer, cómo hacer, cuándo, cómo y por qué. Y esta pretensión de colmar la sexualidad no llega sólo por parte de espacios especializados — y de ahí muchas de las hipocresías de los medios de comunicación— sino que es una explosión que acontece en todos los espacios de difusión.
Así, y a modo de ejemplo, podemos ver cómo en los telediarios para decirnos que hace buen tiempo en pleno febrero nos muestran a chicas en la playa haciendo top-less; como diciendo: “un buen par de tetas es la mejor manera de demostrar que hace buen tiempo”. De esta manera, la lógica sería algo así como: aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, entonces enseñamos un par de tetas, que en el fondo es lo que todos queremos ver. Por supuesto, no es que enseñar las tetas a la hora de comer sea algo bueno o malo, sino que, y es de lo que venimos hablando, esta explosión visual del sexo provoca que la sexualidad pase a estar, y esto es algo que le encanta a los políticos, normalizado. Así, para defender la sexualidad —como si la sexualidad necesitara alguna defensa— se usan esas terribles frases de: ¡No pasa nada! ¡Es absolutamente normal! Y ese es el problema, que la sexualidad pasa a ser algo normal, y por tanto, carente de deseo. Deja pues de pasar algo con la sexualidad. Así, si antes era indeseable porque parecía que con la sexualidad pasaba todo, hoy, a la inversa, es indeseable, o no-deseante, pues nada pasa. El purismo de antaño acontece hoy, como ya señalamos, a la inversa —que no deja de ser al fin y al cabo el mismo acontecer—: todo vale pues nada pasa.
Hijos somos aún de ese miedo a la carne que no deja espacio a la inocencia y extrañeza del devenir, al juego, en una palabra. Y es tan así que hoy no jugamos, sino que simplemente cumplimos el programa. El juego amoroso-sexual queda reducido al cumplimiento de el plan escrito en las alturas del Poder, que no tiene otro nombre sino el de el Dios Dinero. (Y sólo tenemos que ver la cantidad de gremios que se desnudan para recaudar dinero para darnos cuenta de esta identidad entre Dinero, Sexualidad y Poder.)
Si antes sólo tenía sentido la sexualidad que poseía como objetivo el tener hijos, pues así lo mandaba Dios; hoy sólo la tiene aquella que satisface al nuevo Dios (o quizás el de siempre): El Dinero —o-el-hacer-de-todo-un-producto— esto es, Aquél que confunde, como el necio de Antonio Machado, el valor con el precio. (Pues, ¿qué es el Dinero sino el cambiazo de las cosas por productos?)
Así, esta explosión sexual a las órdenes del hacer-de-todo-un-producto no puede sino convertir a los relacionados en Poseedores. O si se quiere, en 'Hombres', si entendemos por la abstracción 'Hombre' todo aquello que tenga que ver con la dominación y reducción de algo a producto que poseer. Así, y dicho sea de paso, la supuesta liberación contemporánea de la mujer no sería sino la conversión de la mujer en 'Hombre', en una herramienta más al servicio del Capital. La mujer se iguala al hombre no querría indicar sino el triunfo absoluto del 'Hombre', del Poseedor.
La sexualidad queda reducida a producto: fin del deseo, fin de la sexualidad, fin del amor y el juego… Muerte de Eros si aún nos tragamos el cuento de la supuesta nueva Realidad contemporánea. Pues la Realidad, por supuesto, nada tiene de nueva ya que siempre habla de lo mismo: del Poder, de reducciones a simulacro, de cambiazos… Y es que, en el fondo, el Poder —la Realidad— necesita creer, y por tanto hacer creer, que nada pasa. Pero el corazón sospecha que NO, que por ahí abajo aún suena algo que no sabemos qué es y que definitivamente parece estar perdido. Pero, por eso mismo, porque está perdido, quizás sigue aún viviendo en las profundas aguas de lo que no sabemos pero sospechamos que hay.

sábado, 28 de mayo de 2011

No lo entiendo

¿Por qué se lía la que se lía en los partidos políticos porque pierdan o ganen el Poder? ¿Porqué tanta ambición? Si de verdad se tomaran en serio lo político, no habría pasiones tan desbordadas en un sentido u otro, estoy seguro. Lo político se encuentra escindido a esas alturas. Por un lado está el Poder, y por otro lado lo político como tal, esto es, el hacer. Desgraciadamente, sólo se reconoce como político a lo primero, a lo que en verdad no lo es.

viernes, 27 de mayo de 2011

¿Democracia Real? III


 Esta es la realidad,  o el poder, que da lo mismo, de la Democracia. Todo va "bien" si dices que sí. Por eso es absurdo pedir una "Democracia real". La Democracia, como todo sistema, tiene el monopolio de la violencia. El que quiera el poder, u otro poder, como la plataforma "Democracia real ya", que vaya aprendiendo que no hay Poder bueno, que todo Poder es esencialmente su defensa, esto es, sangre.

lunes, 23 de mayo de 2011

¿Democracia Real? II

Y morirá de Realidad.
Está claro que un movimiento libertario que use las mismas armas que el Poder, en este caso la "Realidad", está condenado al fracaso. No nos extrañemos. Hasta que no aprendamos que lo único que nos une es lo que rechazamos, lo que nos mata, amarga y entristece, todo será cambiar para seguir igual. Otra cosa sería la lucha contra esa Realidad que nos amarga; ahí si quizás pudiera pasar algo nuevo, algo creativo. Hasta que no seamos conscientes de eso, la muerte será por lo mismo de siempre: por Realidad. Desgraciadamente, como ya sospechaba, esto no va a ningún lao, al no ser que sea algo popular, abierto y que no busque otra Democracia (al fin y al cabo la misma), sino algo nuevo, algo porvenir.

sábado, 21 de mayo de 2011

¿Democracia Real?

Ayer estuve en la concentración de Mérida convocada por la plataforma "Democracia Real ya". Y bueno, tras pasar toda la noche allí, algunas cosillas he sacado en claro. Aquí las expongo por si a alguien le interesan o, simplemente, para entrar a debatirlas.
En primer lugar  he de decir que fuí a esta concentración algo escéptico pues no creo en una "Democracia Real ya". La que tenemos es real y bien real. De hecho, como dice Zizek, el problema no es el Capitalismo, sino la propia Democracia Real, la existente, que es la que necesita del Capitalismo para su mantenimiento. Es decir, que hoy, a fin de cuentas, Capital y Democracia son lo mismo.
Pero de todas maneras, decidí ir porque también pensaba que podía ser una oportunidad para cagarnos en todo aquello que nos trata de matar todos los días, para cagarnos en las injusticias, en la avaricia,en todo lo feo y malo que nos acosa y nos venden día sí y día también.
Una vez allí, mi primera sorpresa fue que las cosas se decidían asambleariamente, lo que me llenó de alegría. Ví a la gente con muchas ganas de lucha, de expresar su tristeza, su indignación, su mala hostia, vaya.
La segunda sorpresa fue la multiplicidad de gente que allí había, las diferentes ideas que, bueno,  hacían de los debates algo vivo. La cosa no pintaba mal, así que, decidí pasar la noche en ese ambiente ciertamente productivo.

Las sombras. Por la mañana, recién levantados a eso de las 8 de la mañana, y tras unos ricos churros con café que una amable señora nos trajo, se generó un nuevo debate. Y aquí me acecharon ciertas dudas sobre el movimiento. Y la principal es que está promovido por una plataforma que en el fondo es reformista, y que a mi modo de ver, en el fondo, lo sepan o no, lo que trata es de perfeccionar más el Sistema existente: La Democracia. Se empezó a hablar de "Proyectos", de "Futuro", etc. Palabras que pertenecen al Sistema, palabras que ya no dicen nada, o dicen siempre lo mismo ya: nada. Así que, la cosa comenzó un poco a torcerse, como no puede ser de otra manera cuando se habla de lo que se cree saber, pero que en verdad no se sabe. Lo popular, lo común, cuando se habla así, se pierde y, el Sistema, La Realidad, vuelve a ejercer su Poder.
Esta noche volveré a acercarme, escéptico, pero con ganas. Pero veo claro que este movimiento quedará en nada si lo que puede que fuera una manera de expresión popular, se queda en meras "propuestas de Futuro" y "Reforma". Este movimiento triunfará si la plataforma "Democracia Real ya" no la monopoliza y logra disolverse en lo común y popular. De otra manera, será cambiar para seguir igual, pues lo popular, lo común, el pueblo, lo que nos quede de eso, no sabe ni de Futuro, ni de Propuestas ni de Cultura ni de Presupuestos. Lo que si sabe es que está harto, triste, jodido y bien jodido, y contra eso, aún se puede levantar y decir que NO, pues eso es lo que dice el pueblo: NO, NO Y MIL VECES NO.

lunes, 9 de mayo de 2011

Muerte de Eros (III)



Seguimos por donde dejamos nuestro análisis de la sexualidad contemporánea.
Detengámonos un momento en el juego. ¿Cuándo cabe jugar? ¿Quién está jugando de veras?
Cuando hablamos de juego nos referimos a la inocencia del juego, es decir, que en el fondo, de lo que hablamos es de algo que está ahí cuando se está jugando, o si se quiere, de una conciencia perdida —no consciente de sí misma— que juega. Así, podríamos decir que sólo se juega cuando no se sabe que se juega, pues de otra manera, el juego se queda en simulacro, en engaño del engaño alegre que pueda ser el juego.
El juego entonces tendría más que ver con lo que está por debajo de la realidad y que por lo mismo, no se sabe qué es. Y esa sería la gracia del juego, que no se sabe qué es. Pues cuando se sabe, evidentemente, ya no estamos jugando. Se podría decir que la alegría del juego es “Paraíso Perdido”, esto es, algo que fue, que pasó: es la única conciencia real que cabe del juego. (Por cierto, más nos vale no vivir en el Paraíso, pues todos los aspirantes a “Paraísos reales”, como así nos muestra la historia, no han acabado sino en la guillotina, en Auschwitz o en “El Gulag”, por citar acontecimientos políticos.)
Por tanto, habría que diferenciar entre el juego, y la realidad del juego, que es más o menos lo que implica hacer una Filosofía, Teoría o Ciencia de las cosas que pasan, pues es claro que lo que 'Ahora' está pasando es irreducible a Teoría pues, cuando se apresa lo que pasa, por pura lógica, ya no está pasando.
De ahí, por otro lado, que la vida nunca pueda ser una teoría sobre ‘la vida’, pues si la vida tiene algo de extraño, de gracia, de juego, es que nunca se puede predecir o encorsetar en conocimiento alguno. Así, valga como imagen de lo que queremos decir el niño que destruye y construye castillos de arena despreocupadamente, esto es, sin saber lo que está haciendo más allá de lo que hace, sin más pretensión que la seriedad del juego. Podríamos decir que se juega cuando no se es consciente de que se juega y por tanto, volviendo a nuestro tema, se desea cuando uno no sabe que desea. De ahí, a propósito, lo terrible de decir o tener que escuchar el famoso ‘te quiero’, pues lo que se está haciendo, ni más ni menos, y se sepa o no, es convertir al otro o a uno mismo, según toque, en algo muerto, acabado, pasado, en instrumento de un deseo que no desea sino que desea desear. Y es que, y esto es claro, cuando se desea desear, en el fondo, por supuesto, no se está deseando sino haciendo un simulacro del deseo; o si se quiere, realidad lo que no lo era. Por tanto, decir “te quiero” no es otra cosa, ni más ni menos, que convertir lo que pudiera haber en nosotros de deseo en cosa, en objeto, en realidad, en algo ya pasado. ¿Y qué es la realidad sino algo que ya ha pasado? 'Realidad', 'Paraíso' 'Infierno' no serían entonces sino cosas ya pasadas. En cambio, lo que vive 'Ahora', por estar pasando, no puede haber pasado, y por lo mismo, no es real ni existe.
No le faltaría razón a Nietzsche entonces cuando tildaba de vampiro a aquél que no pudiendo amar ni jugar, existía del amor y el juego.
Por otro lado, un ejemplo maravilloso de este vampirismo lo podemos encontrar en la película Ciudadano Kane, donde Kane, empujado por su “deseo de deseo” es incapaz de desear, lo cual no le hace sino adentrarse en un deseo muerto que le lleva a crear sustitutos de todo aquello que pudiera haber de verdadero deseo. El Dinero (Dios o la Realidad de realidades) no es sino el simulacro (hacer existir lo que no existe) de 'lo que vive'.
Nos encontraríamos hoy, recapitulando todo lo dicho hasta ahora, en la misma situación que Alex (Malcolm McDowell) en La Naranja Mecánica, afirmando orgullosamente nuestra salud sexual… cuando, al fin y al cabo, lo único que hacemos es volver a negar la sexualidad para matarla de una vez por todas; sólo que ahora más sutilmente: negándola hasta la saciedad —y la suciedad— por medio de la realización (o normalización, que viene a ser lo mismo) del deseo.
Pero como ya se nos muestra en el film anteriormente citado, siempre queda un resto, algo que no se puede reducir a cálculo, Historia o terapia psicológica: algo que no se sabe qué es exactamente, y que por eso mismo no existe. Llamémosle deseo.
Aún queda algo...

lunes, 2 de mayo de 2011

El asesinato del Diablo

Curiosas las reacciones que se han producido por parte de todas las instituciones mundiales en torno al asesinato (y no muerte, pues ha habido una voluntad de acabar con su vida) de Bin Laden. Todos están contentísimos: un gran avance en la carrera contra el terrorismo, ha dicho ZP; Obama, el Premio Nobel de la paz, habla de Justicia: "EE UU ha lanzado un mensaje inequívoco: no importa cuánto tiempo haga falta, se hará"; Berlusconi habla de "gran resultado en la lucha contra el mal"; el Vaticano habla de que "Bin Laden responderá ante Dios de todas sus muertes". Por supuesto, ya se prevé en Wall Street un gran movimiento al alza del "Verdadero y Único" Dios: El Dinero.
Lo que no entiendo: ¿En un Estado de Derecho no tiene todo el mundo derecho a un juicio justo? ¿No estaban Europa, el Vaticano, Obama... en contra de la pena de muerte? Esto ha sido una ejecución en toda regla. Por si se nos había olvidado que el monopolio del terror se encuentra en el Estado, ahí  tienen una buena ración de confirmaciones. El llamdo "terrorista" en el fondo es sólo alguien que trata de tomar el Poder que pertenece en exclusiva al Estado, a saber: El Terror.


P.D: No ha salido ni una sola imagen del cuerpo muerto de Bin Laden, y curiosamente, ya ha sido enterrado en el mar, por lo que no podrá verse nunca.