Hay una cosa de Wittgenstein que me apasiona, y es que, a diferencia de otros filósofos, escribe sobre la marcha. No escribe la respuesta de lo ya pensado, sino que escribe todo el proceso del pensar,empezando, claro está, por la pregunta o preguntas. Quizás esto sea lo más pedagógico. Estamos acostumbrados a responder, no tanto a preguntar, y menos, mucho menos, a preguntarnos.
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