lunes, 20 de diciembre de 2010

La Realidad no es sino Fe



Hace quince días nos quedamos en que la Realidad no era sino el conjunto de todas las cosas que haya que existan. Así, la Realidad se consideraba así misma como el cierre absoluto de las cosas todas. Pero aquí, ya adelantábamos que ese cierre absoluto era más una pretensión que verdad. Por tanto, nos quedábamos con que la Realidad era “el conjunto nunca absolutamente cerrado” de las cosas que haya que existan, a pesar de su pretensión infinita al cierre total. Así, a esta pretensión de cierre absoluto la llamábamos Fe.
Bien, pues pasemos a ver por qué a la Realidad no le queda otra que tener que recurrir a la Fe para seguir teniendo como Fin Último el cierre absoluto de las cosas todas.

La Realidad, como tal, no es otra cosa que la composición de diferentes saberes que hablan de la existencia de las cosas, lo que venimos conociendo históricamente como ciencias. De esta manera, para saber algo acerca de la Realidad, no nos quedará otra que recurrir a esas ciencias, pues son las que dicen saber de la realidad, y por tanto, las primeras en creer en una Realidad toda. Y no hay que hacer mucho caso a los científicos (a la mayoría), pues si recurrimos a éstos, en la mayoría de los casos, negarán que la Ciencia pretenda saberlo todo, sino que, si acaso, lo que puede hacer la Ciencia es iluminar ciertas partes de la Realidad. Ahora bien, ¿cómo es posible hablar de partes sin un todo? ¿No es necesaria la creencia en la Realidad toda para iluminar sus partes?
Podemos entender que la Realidad, al fin y al cabo, no es sino los saberes que creen saber acerca de ella, y ella, la Realidad, ya dijimos que no es sino la pretensión de saber Todo. Así pues, a la creencia en un cierre absoluto de las cosas todas la vamos a llamar Fe. ¿Estamos diciendo entonces, puesto que la Realidad es una creencia, que Ésta en verdad sea nada? Evidentemente no, pues 'la nada' no dejaría de ser un cierre total también de las cosas todas, tan ideal como 'el todo', sólo que ese conjunto 'nada' se encontraría vacío, lo que no es sino una nueva contradicción, pues, ¿cómo siquiera podría haber un conjunto donde no hay nada? Tanto una posición como otra, la optimista y la pesimista, vienen a concordar en algo, a saber, en la Fe en una Realidad, ya sea como todo o como nada. Aquí, más bien, tiraremos de lógica o de sentido común, como ustedes prefieran, y diremos que hay algo porque no puede haber todo, ni puede haber nada.

Veamos ahora cómo la Realidad también es necesariamente gradual, esto es, que no le queda otra que ser jerárquica, y sólo hay jerarquía cuando se hace una diferenciación de poderes entre las diferentes cosas. La Realidad es esencialmente Poder: cuanto más realidad, más poder, y viceversa. Así, cuando hablamos de diferentes grados de realidad, lo que estamos diciendo, ni más ni menos, es que hay cosas que existen más que otras, o por lo mismo, que hay cosas más reales que otras, y por tanto, cosas con más poder que otras. Así, cuanto más abstracto (ideal) sea de lo que estemos hablando― y real es aquello de lo que se habla o puede hablarse― más realidad tendrá, como trataremos de ver en días sucesivos. Pero aunque de lo que se pueda hablar exista, o por lo mismo, aunque de lo que se hable sea real, no todas las cosas existen de igual manera ni tienen el mismo grado de realidad. Así,y sirva de ejemplo, lo más real de nuestra época, aquello de lo que más se habla, no sería sino el Dinero, que al privarse de cualidades especiales(puro ideal pues), convierte todo en lo mismo, con la sola salvedad de que unas cosas se acercaránn más a la Realidad en sí (El Dinero más en abstracto, del que hablan la Banca o el Estado) que otras (los eurillos que nos gastamos los comunes en el café, el pan, etc.)
Así, incluso se podría formular una ley sobre cómo 'lo que hay' viene a tomar existencia (ya dijimos semanas atrás que lo que hay no necesita existir para haberlo), esto es, a ser real, y podría ser algo así como: sólo en la coyunda entre la idea' de la cosa (significado de la palabra) y su cuantificación (los números), nace la ilusión de que lo que existe “es lo que es”, esto es, algo absolutamente cerrado. (Ya se sabe que “lo que es, es, y lo que no es, no es”, dicen 'los realistas'.)
Ya veremos en las próximas semanas cuánto de verdad hay en esta afirmación 'realista', y si es verdad que 'lo que es' puede ser de verdad lo que es o, más bien, no hay manera de verdad de saber qué es lo que es, al no ser que tiremos de Fe y nos creamos que las cosas son lo que son de una vez por todas y para siempre, es decir, cerradas absolutamente.

En www.vozemerita.com

domingo, 19 de diciembre de 2010

Puta Navidad

Y puta porque está vendida. En teoría, la celebración de la Navidad sería la conmemoración del Verbo que se hizo carne, esto es, el Logos, la Lengua que se hace humana.
Ya me diréis en qué se ha convertido esa conmemoración: en Dinero. Y no sólo eso,sino que también es una de las épocas más violentas del año. Ayer sólo mataron dos mujeres más, aquí en Mérida le pegaron a un tío un tiro, y otro al parecer sacó una escopeta en el foro... Y todavía no han empezado las escabechinas del tráfico. En fin, ¡Feliz PUTA NAVIDAD!

jueves, 9 de diciembre de 2010

Lady Gaga y el montón de mierda

Esto dijo en el concierto de Barcelona al público: "Odio la verdad. Prefiero una dosis gigante de mierda antes que la verdad".
La verdad (lo siento GaGa) es que me parece muy expresiva la frase, y hasta con tintes nietzscheanos si se quiere (tres mil veces más burda, claro está.) Sólo me queda la duda de qué entenderá Gaga por verdad. ¿Será una niña pija a la que todo lo que le sea una contrariedad le llamará 'verdad'? ¿O es que odia a muerte la falsedad que se esconde bajo 'La Verdad'?

martes, 7 de diciembre de 2010

La mentira de la Realidad


Hace quince días veníamos hablando de la Realidad y la verdad, y dejamos para hoy mostrar cómo y por qué la Realidad mentía.
Pero antes de mostrarlo, o mejor, como propio paso esencial en el desvelamiento de la mentira de la Realidad, será mejor que aclaremos la diferencia previa que hay entre 'realidad' y 'Realidad', para que así, quizás, podamos ir de la mano en esta aventura del pensar que, más que le pese a muchos, no es cosa de Intelectuales, Sabios o Genios, o no sólo, sino que es algo del común, de los comunes que usan una lengua que también viene a ser común.
Anticipado lo común del asunto, vayamos entonces a esa diferenciación entre 'realidad' y 'Realidad'.
Por 'realidad' vamos a entender el hecho o la condición de existir, así, será real todo aquello que exista, por lo que 'existir' se entenderá como el verbo que vendrá a corresponder con el adjetivo 'real' y con el sustantivo 'realidad'. Ahora bien, parece que lo que queda por entender―una vez que sabemos que real es lo que existe― es qué sea eso de 'existir'.
El verbo 'existir', por más que ahora sea un verbo usado hasta la saciedad, no apareció en la lengua hasta hace bien poco, allá por el medievo, y fue introducido por los teólogos para decir de Dios que existía. (De ahí, dicho sea de paso, la trampa de la pregunta por la existencia de Dios, pues una vez que se le ha dado un nombre―Dios, Ya-vé, Padre... el que sea―no le quedará otra que existir, así pues, Dios existirá necesariamente pues todo lo que se nombra tiene existencia, ya sea material o simplemente espiritual, fantástica...)
La introducción del 'existir' vendría a ser un equivalente del común 'hay', pero engañósamente, pues 'hay' sería un indicador que sólo muestra esto o aquello (por ejemplo: “hay patatas en la cesta”, o “hay mucha gente aquí”, etc.), careciendo de significado alguno; mientras que 'existe', contrariamente, sí querría tener significado. Así, podemos hacer la prueba de cambiar el 'hay' de los ejemplos antes citados, por el 'existe'. ¿Nos damos cuenta cómo cambia lo que se dice? Otro ejemplo al hilo de esto mismo: ¿decimos lo mismo cuando decimos que “hay un olor magnífico a rosas” que cuando decimos que “existe un olor magnífico a rosas”? Bien parece que en la primera el olor a rosas es indefinido, está ahí, sin saber muy bien cómo ni porqué, ni dónde exactamente, en cambio, cuando ese olor a rosas “existe”, nos aventuramos incluso a determinar de qué está compuesto el olor o hasta dónde huele con casi total precisión (nunca hay total precisión, esa es la mayor desesperación de la Realidad), eso sí, con el déficit de que el olor a rosas que antes había tenga, por necesidad cuando se le da existencia, de dejar de oler indefinidamente para pasar a oler definidamente (ya se cree saber entonces como huelen las rosas, y por tanto, cómo olerán en todo momento y lugar. Tras esta operación, ya se pueden dar olor de rosas, por ejemplo, a los ambientadores, como si las rosas olieran siempre así). En cierta manera, podríamos decir que la existencia del olor a rosas mata lo verdadero que pudiera haber en ese aroma que nos llegaba sin más. La existencia, dicho de otra manera, mataría aquello que pudiéramos llamar lo vivo o verdadero de las cosas, etc.

Si pensamos detenidamente, existir sólo puede existir “algo” (sería contradictorio pensar en “algo” que existiera y no existiera a la vez), pero entonces, bien parece que hay “algo” que no necesita para nada existir pues ya lo hay antes de tener existencia alguna, por lo que cabría sospechar que “por bajo de la existencia” hay algo que está ahí, aunque no sepamos muy bien qué es: simplemente lo hay.
Reconozco que la muestra de la diferencia entre 'haber algo' y 'existir algo', puede resultar oscura, pero sólo lo es porque estamos tan metidos en la manera de hablar de la Realidad, que puede que cualquier ataque a los fundamentos de la misma resulte extraña u oscura, pero prestando algo de oídos quizás se escuche algo de la contradicción constitutiva de la existencia, y por ende, de la Realidad.
Así pues, una vez que hemos aclarado, en lo posible, que 'real' es todo que aquello que existe, y que 'existir' vendría a ser el sustitutivo falaz del indicador 'hay', parece que ya estamos en disposición de adentrarnos en el concepto de 'Realidad'. 'Realidad' (siempre en mayúsculas para diferenciarla de la 'realidad') vendrá a representar el conjunto nunca cerrado absolutamente― aunque la pretensión de la 'Realidad' sea siempre el cierre total― de todas las cosas que existan. Así, si sólo lo que existe es real, y la realidad es aquello que existe, la Realidad vendrá a ser el conjunto de “todas” las realidades.
Para dentro de quince días, analizaremos por qué la Realidad ha de pretender el cierre de todas las cosas, y cómo esa pretensión sólo es Fe. Hasta entonces, descuídense.

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domingo, 5 de diciembre de 2010

Bien hallado, bienvenidos


Cada quince días nos reuniremos, a
partir de esta fecha y por medio de
este periódico, para tratar de hablar
sobre lo que pasa y nos pasa.
Quizás, si la palabra no estuviera
ya desvirtuada y no pudiera significar cualquier cosa
como actualmente significa, diríamos que hablaríamos
de ‘Filosofía’ o ‘filosofaríamos’; pero viendo que
hasta los equipos de fútbol, las empresas, incluso las
estrellas del espectáculo tienen “una filosofía”, será
mejor que utilicemos términos más comunes y sencillos,
aún alejados del ensordecedor ruido del show
mediático como: ‘pensar’, ‘hablar’, ‘reflexionar’, etc.
Eso sí, y esto es algo que habrá que tener en
cuenta siempre: aquí no vamos a dar “nuestra opinión”
ni a crearla (o al menos trataremos de que así
no sea), no nos vamos a plantear si estamos a favor
o en contra de miles y miles de cuestiones que se
inventa el show antes citado para tenernos entretenidos
(y calladitos con respecto a lo que de verdad
importa).
No, aquí más bien, y de ahí el título de esta sección,
vamos a intentar dejarnos hablar, esto es, dejar
hablar, sin más interés que el de hablar de lo que
{nos} pasa, a eso que habla. Y lo que habla no es ni
‘el yo’, ni la ‘persona’, ni el almita individual de cada
uno; no, si así habláramos, esto no sería sino más de
lo mismo, esto es, un estar a favor o en contra de lo
que ya nos dan como acabado o muerto.
Por supuesto, pensamos que pensar es otra cosa
que darle vueltas a lo que ya está acabado; más bien
al contrario, pensamos que pensar es justamente
abrir las posibilidades de la Realidad, ver cómo lo
que parece, pues así nos lo hacen creer día tras día,
a lo mejor, no es tan verdad como la Realidad nos lo
hace creer.
Y claro, algun@ podría pensar, ¿pero es que
‘Realidad’ y ‘verdad’ no son lo mismo? ¿No es verdad
todo lo que es real? Quizás por ahí haya que empezar,
por la diferencia radical entre la verdad y la
‘Realidad’. Y esta diferencia radical la podemos mostrar
usando el verbo ‘existir’: lo real es lo que existe,
la verdad, en cambio, es justamente lo que no existe.
Y esta es una de las grandes manipulaciones, sino la
mayor de la Modernidad, contra la que aquí nos levantaremos,
a saber: la sempiterna confusión entre
‘Realidad’ y verdad.
Aquí, de momento, nos quedaremos con que
todo lo que existe, esto es, todo lo real, no es todo lo
que hay. O de otra manera, que hay algo que aún no
siendo real, esto es, no existiendo, lo hay. O de otra
manera más, que la Realidad no es todo lo que hay.
De aquí partiremos dentro de quince días, aclarando
y pensando cómo pueda ser eso de que la Realidad
no sea verdad, o lo que es decir lo mismo, que
la Realidad miente. Hasta entonces, nos veremos si
ustedes lo desean, este periódico lo autoriza y, como no, si Dios quiere.

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