Ayer leí que la melancolía era esencial para un pensamiento profundo, veraz, sin miramientos.Puede ser.
Hasta ahora me negaba a pensar que se pudiera sacar algo de la tristeza,si acaso una depresión de caballo. Pero últimamente empiezo a sospechar de los que siempre están felices, de los eternos optimistas, de los de la sonrisa profident.
No, en el mundo hay cosas muy tristes, desagradables, injustas, extrañas y raras como para que no nos pongan tristes. Quizás el espíritu despierto sea aquel que aún tiene la posibilidad de la tristeza, aquel que aún puede enterarse de las cosas que pasan.
Un espacio donde, quizás, puedan pasar cosas que no sean las estupideces de siempre. Aunque tampoco se promete nada.¡Estamos invitados!
lunes, 21 de junio de 2010
martes, 15 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
Lo mismo, pero tan diferente...
Y lo que me dio tu risa, ahora me da tu desprecio. ¿O es que no fue lo mismo? Toca silencio.
domingo, 6 de junio de 2010
Xenofobia
Me da que las pasiones desaforadas como la xenofobia, salen a la luz no en estados de conciencia, sino más bien de subsconciencia. El extranjero que roba,por ejemplo, parece que roba dos veces. Aguantamos al extranjero siempre y cuando sea un buen esclavo, en el momento que hace algo demasiado mal o demasiado bien, ya no es un pobrecito al que se le tiene compasión, es un puto extranjero que viene a quitarnos NUESTRO trabajo, NUESTRAS mujeres, o simplemente, a HACER EL MAL.
Da miedo rascar un poco en la democrática TOLERANCIA.
Quizás tuviera razón Zizek cuando decía en el Círculo de Bellas Artes de Madrid que, una intolerancia teñida de humor, esto es, que saca el prejuicio de las profundidades de manera que se haga humano, natural (NO MORALIZADO),siempre es más útil para la convivencia que las IDEAS de TOLERANCIA, IGUALDAD O FRATERNIDAD. Pero entonces bien parece que hay que aprender a reir. ¿Será la risa la que nos enseñe a vivir con otros?
Da miedo rascar un poco en la democrática TOLERANCIA.
Quizás tuviera razón Zizek cuando decía en el Círculo de Bellas Artes de Madrid que, una intolerancia teñida de humor, esto es, que saca el prejuicio de las profundidades de manera que se haga humano, natural (NO MORALIZADO),siempre es más útil para la convivencia que las IDEAS de TOLERANCIA, IGUALDAD O FRATERNIDAD. Pero entonces bien parece que hay que aprender a reir. ¿Será la risa la que nos enseñe a vivir con otros?
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