domingo, 21 de marzo de 2010

Encrucijada

Decía Bataille que, la mayoría de las veces que amamos, nos da tanto miedo que rechazamos amar. No haré una apología del miedo, ahora bien,¿no nos daría un pavor espantoso alguien liberado absolutamente del miedo, esto es, sin miedo alguno?
Me quedo más con la reflexión de Nietzsche (otra vez Nietzsche, qué le vamos a hacer)en la que venía a decir que lo malo no es el miedo, sino no superarlo(y para superarlo hay que tenerlo).
Me pregunto: ¿Será el temblor del deseo la lucha entre Eros y Tánatos en donde, unas veces va ganando Eros y otras Tánatos? Eso sí, me da que no hay victorias absolutas. Entonces, ¿qué hay que hacer? Suerte en la batalla amig@s.

4 comentarios:

LATATARABUELA TÁRSILA dijo...

¿la muerte no es una victoria absoluta?...A veces sufro como Unamuno me entra el miedo ( más bien el pánico) insuperable como el de la muerte...

Rigaudeau dijo...

Hombre, parece ser que sí, que la muerte es el fin de los fines. Pero también parece que la muerte es siempre futura. Por tanto, sí, el fin de la lucha sería la muerte, pero curiosamente, el fin nunca está ni "AQUÍ" ni "AHORA". Entonces, bien parece que no hay que tener demasiado miedo, ¿no?

LATATARABUELA TÁRSILA dijo...

Lo que me agobia es el aquí y ahora, del cuando la muerte me venga a buscar. Lo que me agobia es la muerte eterna.

Rigaudeau dijo...

El aquí y ahora no te puede agobiar, te agobiará,como dices después,la proyección astracta de la nada.