lunes, 12 de abril de 2010

Caída

Puede sonar a tópico; puede incluso que se haya dicho tantas veces que sólo sea una vez más. Pero bueno, ahí va: a veces tengo la sensación de que no puedo hablar de verdad, siempre encuentro alguna grieta en lo que digo. Cada vez soy más consciente del montón de creencias absurdas que tengo, y lo peor, que ya poco puedo hacer por defenderlas, caen y caen, qué le vamos a hacer. Lo malo es incluso defender que caen cuando otros niegan esa caída, es como el último absurdo de la salvación de una idea, y es que, bien parece que contra el caer de la idea, sólo se puede caer con ella, esto es, ni defender su caída ni su no caída. ¿Cómo se ha de hablar entonces? No sé, quizás, dejándose hablar; dejando que hable lo que habla y se calle lo que pretende hablar para no decir nada porque cree que dice algo. ¡¡Ayyy!! ¡Vanidad de vanidades! Pero cuidado, no creo que la cosa se arregle con la humildad, quizás ésta sólo sea el reverso de la vanidad. Pensado fríamente, la debilidad sólo es otro nombre de la vanidad. Y es que, donde no hay un Yo que salvar, puede que haya potencia en vez de prepotencia. No parece un ejercicio fácil.

sábado, 3 de abril de 2010

Diarrea

No se puede justificar la provocación. Si entendemos por ésta una exageración que muestra las entrañas de lo escondido o reprimido. Justificarla, sólo lleva a la diarrea.La provocación se asimila o se rechaza, no se discute pues no es una opinión, es, por decirlo así, un cacho de vida.